miércoles, 27 de mayo de 2009

Charles Chaplin


Salto a la fama. En 1918 consiguió un gran contrato con la First National para realizar durante cinco años una serie de películas que acrecentaron aún más su fama. La maestría de Chaplin quedó confirmada en las películas Vida de perro y ¡Armas al hombro! (ambas de 1918), Día de paga (1922) y, particularmente, El chico (1920), de la que vemos un fotograma en la imagen. En ellas contó con la innegable ayuda de su inseparable director de fotografía Rollie Totheroh. La sensibilidad, la crítica y denuncia afloró en cada una de estas historias, a las que cada vez dedicó más tiempo para perfeccionar al máximo cada instante, cada mirada y gesto, atrapando al espectador en una emoción contenida

El gran dictador. Es una una crítica al totalitarismo representado por Hitler y Mussolini (a los que vemos parodiados en la imagen), que todavía le encumbró más en su carrera: la Academia le concedió cinco nominaciones al Oscar. Chaplin demostró su genialidad en una de las películas más recordadas de la historia del cine, un auténtico monumento a la creatividad basada en la riqueza del gag visual. Los parlamentos que ya se escucharon en estas películas tendieron más a reforzar el trabajo de imagen que a señalar la eficacia de un diálogo que, en muchos momentos, pasó desapercibido.

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